Y si, aquí se cierra un capítulo que se ha llevado muchas vidas de gente inocente. Gente que vivía, paseaba y pensaba. Gente que convivía, y que la mala suerte la hizo coincidir con la barbarie, con la muerte. También se ha llevado la vida de gente que cumplía con su deber. Un deber nacido de una vocación al servicio de la sociedad (No del estado, recordémoslo) y de una promesa: velar por la seguridad de las personas. Porque para eso se hicieron Policías, Guardias Civiles, Ertzainas...
También ha llevado a la cárcel a gente que, de ahora en adelante, deberán expiar sus delitos pidiendo perdón, y decidiéndo si son capaces de buscar lo que quieren sin que sus manos vuelvan a mancharse de sangre.
Imagen tomada De Eneko |
Es el fin de una organización terrorísta que ha comprendido que la violencia engendra más violencia, y que los muertos sólo generan odio y cementerios.
Sé que mucha gente no podrá perdonar. Sé que cuando defiendes con fanatismo unas ideas, es muy difícil arrepentirse. Y sé que habrá muchos que aún así, sigan pensando que nunca acabará. Cada uno es libre de pensar lo que quiera, pero recordemos que, sin la voluntad de olvidar, de perdonar, y de avanzar, el muro de berlín seguiría dividiendo Alemania.
Deseo que la gente intente comprender. Con eso, habremos ganado un mundo. Y a partir de ahí, cuando la comprensión y la voluntan quieren, Euskadi volverá a ser aquella tierra de corazones grandes, donde cualquier hombre se siente como en casa.
Declaración de ETA (pdf)